miércoles, 31 de marzo de 2010

CAPÍTULO 1

1. El poder de la sangre. Versiones actuales de “Caperucita roja”
Una hermosa adolescente camina por el bosque. Lleva un traje de colegiala
de falda muy corta que hace juego con una blusa blanca; sus ojos son sombreados
por su pelo castaño y por el gorro amplio que remata su capa roja. La cesta que
lleva en la mano, su juventud, su belleza y el entorno campestre nos la ofrecen
como la habitante de un relato bucólico. Sus movimientos, en cambio, su boca
demasiado turgente y su mirada procaz delatan ansiedades más propias de Lolita
que de Filis.
Cerca de ella acecha un hombre joven, atractivo con su barba de varios días
y el pelo alborotado que le dan un aire salvaje. Se acerca peligrosamente a la
muchacha –aunque no sin cierta torpeza– presumiblemente atraído por su sex
appeal y empujado por sus propios instintos. Cuando ella siente que su depredador
potencial se ha acercado demasiado, decide confundirlo: saca de su canasta una
toalla sanitaria que, pegada a su capa roja, absorbe completamente el color hasta
convertirlo en un blanco inmaculado. El hombre salvaje la mira aturdido mientras
ella se aleja por el sendero.
No es difícil reconocer en esta escena una nueva versión del conocidísimo
cuento de “Caperucita roja”, utilizado para un comercial de la marca de la toalla
sanitaria. Lo interesante es que sea tan fácilmente asimilable el nuevo carácter
atribuido a los protagonistas, que originalmente eran un lobo y una niña pequeña.
El lobo del comercial es, por lo visto, de la especie menos avispada, por lo
que la nueva Caperucita puede enviarle mensajes eróticos ambiguos sin correr
grandes riesgos. En todo caso, la novedad radica en la forma de la defensa. Es
bastante claro que el atractivo de la adolescente radica en su madurez sexual,
representada por la roja sangre menstrual, que la toalla ha eliminado:
Para Héctor Pallares, director creativo de la agencia de publicidad
FCB, que lleva la cuenta de Saba, el anuncio muestra el poder de
absorbencia de la toalla en una situación límite, en la que la protagonista es
salvada por Saba (situación que las mujeres pueden valorar ampliamente). 17
El comercial está basado directamente en el cuento, que siempre ha
despertado suspicacias respecto a la inocencia de la niña a la hora de enfrentarse
con el lobo. Hay en él, por lo visto, un contenido abiertamente sexual, que ha
generado chistes del dominio popular que se cuentan en países tan alejados entre
sí como Rusia y México:
—Lobo malvado, te voy a acusar con mi abuelita de que me violaste
tres veces. — ¿Tres? —responde asombrado el lobo. —Pues, qué, ¿ya te
vas?18
En un chiste ruso, la niña termina su interrogatorio de forma distinta a la
clásica:
—Abuelita, ¿por qué tienes la cola tan grande?
—Eso no es la cola. 19
17 Paseggi y Núñez, “Caperucita-Aviso publicitario”.
18 Chiste mexicano del dominio popular.
19 Otro chiste, que no tiene contenido sexual, interpreta la relación lobo/abuela-nieta de una manera que
refleja los conflictos de la autoridad parental en el siglo XX:
“-Abuela, por qué tienes tan grandes las orejas, y el pecho tan peludo, y los dientes tan grandes...
-¿A qué viniste, a visitarme o a criticarme?”
Tres películas relativamente recientes resultan especialmente interesantes
porque acaparan el imaginario contemporáneo referente a “Caperucita roja”: la
primera, basada en una reescritura del relato para adultos de Angela Carter, es In
the Company of wolves, de Neil Jordan (1984): en un ambiente onírico y recargado de
símbolos, una muchacha que escucha las historias de su abuela sobre los peligros
del bosque se enamora de un hombre lobo con el que escapa hacia la libertad de la
foresta.
Freeway (1996, dirigida por Matthew Bright), es la historia de una
adolescente pobre y disfuncional que escapa de la custodia de una trabajadora
social en Los Angeles. En la autopista cercana, un educado caballero se ofrece a
llevarla a casa de su abuela, pero luego muestra ser un asesino serial. La chica
logra defenderse y casi lo mata, pero la policía la culpa por ello. Finalmente, se
fuga de la cárcel y va al encuentro de su verdugo, que acaba de asesinar a la abuela
de la muchacha en su propia casa.
La tercera película (Hard Candy, de David Slade, 2005) invierte por completo
la historia: una adolescente, casi una niña, conoce por Internet a un fotógrafo de
modas, va a su casa y lo tortura sádicamente hasta hacerlo confesar que en
realidad es un asesino pedófilo.
En las versiones contemporáneas de nuestro relato, como se ve en los pocos
ejemplos aquí descritos, los narradores han tomado algunas de las características
del cuento y han explorado la reescritura en esa dirección, lo que ha producido una
gran heterogeneidad de resultados. En el libro de Sandra Beckett Red Riding Hood
for all ages, el estudio más reciente sobre el tema (2007), el primer capítulo está
dedicado a describir las versiones de “Caperucita roja” como cuento de
advertencia, si bien haciendo énfasis en peligros contemporáneos, como el abuso
sexual. El segundo capítulo aborda las reescrituras que asumen el carácter
iniciatico de los cuentos que ocurren en el bosque, mientras que los siguientes
capítulos versan sobre las reescrituras que ven la historia desde el punto de vista
del lobo, aquellas que ven al lobo como un figura arquetípica del inconsciente y las
caperucitas que prefieren correr con el lobo a huir de él.
Así, vemos que los temas de “Caperucita roja”, resurgen y se modifican en
nuevos sentidos, admitiendo contenidos, formas y públicos con una maleabilidad
que parece ser una de las características del cuento de 1695.
Hacer una búsqueda en Internet permite comprobar la imposibilidad de
completar un catálogo definitivo de versiones del cuento, pues constantemente
aparecen nuevas propuestas. Tan solo la página The Internet Movie Database20
cita, en agosto de 2009, 61 películas que contienen referencias al cuento o al
personaje de Caperucita roja.
Sin embargo, existen recuentos que es indispensable consultar para una
aproximación acuciosa. El libro de Jack Zipes The Trials & Tribulations of Little Red
Riding Hood: Versions of the Tale in Sociocultural Context recopila gran parte de las
versiones literarias desde Perrault hasta 1983. Cómo se lee un cuento popular (1993)
de Valentina Pisanty, añade a las versiones un recuento de variadas
20 http://www.imdb.com/character/ch0027950/
interpretaciones académicas, usos y reescrituras de “Caperucita roja”, que la
autora cita como ejemplos del papel de la cooperación interpretativa en el cuento
popular. El libro de Catherine Orenstein Little Red Riding Hood Uncloaked, de 2002,
estudia más de cerca muchas otras representaciones modernas de “Caperucita
roja” en la cultura popular contemporánea. Finalmente, el estudio citado de Sandra
L. Beckett, de 2007, profundiza en este tema, abarcando alrededor de 130 versiones
escritas desde 1970 en 30 países y 12 lenguas, incluyendo una de Gabriela Mistral
(Ver apendice1, Versión 5).
A continuación veremos el cuento como fue publicado originalmente, el
posible origen del comercial citado al principio de este capítulo, y cómo es que se
transformó en él la historia atribuida a Perrault.

1 comentario:

  1. Sensacional analisis de un cuento tan blanco, que finalmente termina mas rojo y candente, que las toallas sanitarias usadas por Dacula cuando no hay victimas a su alcance.

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